En esta nota se hablará acerca de la sexualidad en los jóvenes y también se tocarán temas como la pubertad y los cambios en los adolescentes.
Por: Carrillo Valentina y do Carmo Luna
¿Qué es la sexualidad en la adolescencia?
La sexualidad en la adolescencia es aquella etapa en la que el joven se desarrolla física y mentalmente y desarrollando el pensamiento maduro; pero también despierta un comportamiento sexual, se transforma en un ser sexual.
La sexualidad no sólo tiene que ver con el acto de reproducirse, sino que representa la generación de deseos, sentimientos, fantasías y emociones, es decir, el desarrollo de una identidad sexual, que se puede definir como aquella parte de la identidad del individuo que le permite reconocerse y actuar como un ser sexual.
Etapas del desarrollo de la sexualidad
Al igual que el desarrollo físico y mental, la sexualidad se forma gradualmente y necesita pasar por una serie de etapas antes de completarse. Los cambios que se producen en la sexualidad pueden enmarcarse dentro de las etapas de la adolescencia y la pubertad, ya que las transformaciones físicas y mentales condicionan sobremanera el desarrollo de la sexualidad y de la identidad sexual:
Adolescencia temprana (11-13 años): El joven se encuentra aún lejos del deseo sexual adulto, por lo que se presenta como una fase de autoexploración (a menudo a través de la masturbación), debido a los nuevos cambios físicos que experimenta (como la aparición de los primeros impulsos sexuales) y también de exploración del contacto con el otro sexo.
Adolescencia media (14-17 años): El adolescente ya está casi completamente desarrollado, sus órganos sexuales están listos para la reproducción y el deseo sexual se incrementa. En esta fase se desarrolla una sensación de invulnerabilidad y fortaleza que inducen al joven a comportarse de una forma narcisista. Se empieza a buscar el contacto habitual con el otro sexo y pueden llegar las primeras relaciones sexuales. El adolescente no sólo responde a sus impulsos sexuales, sino también a su narcisismo, es decir, pone a prueba la propia capacidad de atraer al otro. También se considera que durante esta etapa se produce el auge de las fantasías románticas. Las relaciones sociales fuera del entorno familiar, especialmente con amigos.
Adolescencia tardía (17-21 años): El adolescente se ha desarrollado por completo, física y psíquicamente. La capacidad de pensar en abstracto y de ser consciente de las consecuencias futuras de los actos hace que el joven pueda mantener relaciones sexuales maduras y seguras. El deseo ya no sólo responde a un estímulo o pulsión sexual, sino que el adolescente, ya adulto, comienza a buscar otros valores en sus relaciones sociales, como la confianza o la reciprocidad.
Problemas comunes en la adolescencia
Uno de los mitos que persisten en el mundo adulto es pensar en la adolescencia como un momento de la vida sin grandes preocupaciones, ni graves problemas que afrontar, quizás en parte porque los adultos recuerdan esos momentos sin las responsabilidades que vinieron después e idealizan ese período.
Sin embargo, la adolescencia es una etapa de cambios, en la que se juega la integración de diferentes aspectos: la autonomía con respecto a los padres, la identidad sexual, los dilemas filosóficos, religiosos y políticos, la elección vocacional, entre otros.
Las y los adolescentes atraviesan experiencias que les son nuevas y que les pueden despertar tanto alegría y entusiasmo como dificultades y angustia. Precisamente por esto, es frecuente que transiten por momentos de malestar psíquico, sin por ello estar atravesando algún problema de salud mental.
Pero a los procesos comunes de la adolescencia se pueden sumar trastornos que no se identifican. Según la Organización Mundial de la Salud, la mitad de los trastornos mentales comienzan en la adolescencia, pero la mayoría de los casos no se detectan ni se tratan.
Salud sexual y reproductiva
Los problemas que la juventud enfrenta hoy en día en relación con su salud sexual y reproductiva son variados y complejos. Estos se conocen y están documentados, e incluyen conductas sexuales de riesgo, embarazos no deseados y la adquisición de infecciones de transmisión sexual (ITS), entre ellas el VIH.
Además, los jóvenes deben lidiar con barreras culturales que son resultado de políticas y leyes discriminatorias y opresivas que limitan, por ejemplo, las opciones reproductivas de las mujeres, y también deben encarar la falta de infraestructura física, que les ofrezca espacios seguros y saludables para su desarrollo.
La pubertad y el desarrollo sexual son etapas de cambios constantes, donde el deseo y los impulsos sexuales dominan a una parte racional que no está del todo desarrollada. Recibir una buena educación sexual es muy importante, no sólo a corto plazo, es decir, para que el adolescente supere sin riesgos sus etapas de maduración física y psíquica, sino también para establecer el comportamiento sexual que tendrá el joven cuando sea adulto, en estás etapas va a ser muy importante enseñarles a los jóvenes responsabilidad y concientizar acerca de estos temas.
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